Desde la Angustia hasta la Gloria: La Esperanza Profética en los Salmos

Un recorrido solemne por la justicia de Dios, el fin del mal y la exaltación del Evangelio eterno


Bosquejo


Por Jose M Suazo
Teólogo y Escritor



🔹 Introducción

En medio del estruendo de los últimos días, cuando las naciones se tambalean y el juicio divino se aproxima como una ola incontenible, los Salmos —antiguos himnos de Israel— se levantan como faros proféticos para la Iglesia remanente. No son solo cánticos de adoración, sino también mensajes escatológicos que anuncian el fin de este mundo y la instauración del Reino eterno del Cordero.

El Espíritu de Dios nos lleva hoy a escudriñar cuatro salmos donde se describe, con lenguaje poético pero solemne, el clímax de la historia humana: la gran tribulación, la derrota final de Satanás, la erradicación del pecado, y la misión final de los hijos de Dios.

Hoy nos centraremos en los salmos para contemplar los eventos escatológicos finales de la historia humana.

  • Salmo 46 – Esperanza en la angustia

  • Salmo 47 – La victoria final

  • Salmo 75 – El fin del pecado

  • Salmo 67 – Nuestra tarea hoy
En definitiva, en el estudio de hoy veremos la angustia final por la cual el pueblo de Dios debe pasar y como seremos librados por el poder libertador de Cristo.


🔹 I. Esperanza en la Angustia (Salmo 46)

“Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Sal. 46:1)

Aquí se nos presenta la escena de una tierra estremecida, de reinos que tiemblan y de un mundo que se desmorona bajo el juicio divino (v. 6). Este salmo encuentra paralelo en Apocalipsis 6:14, donde el cielo se enrolla como un pergamino, y en 2 Pedro 3:12, que habla del día en que “los cielos, encendiéndose, serán deshechos”.

Aplicación profética:

Estamos a las puertas de la gran crisis final. Pero en medio del caos, se levanta la promesa eterna: “Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob” (v. 11). Para el pueblo fiel, este salmo es un escudo de fe frente a la tempestad.


🔹 II. La Victoria Final (Salmo 47)

“Él someterá a los pueblos debajo de nosotros, y a las naciones debajo de nuestros pies” (v. 3)

En tiempos antiguos, poner el pie sobre una tierra significaba autoridad y conquista (Deut. 11:24). Así también, este salmo apunta al momento glorioso en que Cristo, después del milenio, descenderá y tocarás sus pies el monte de los Olivos (Zac. 14:4), reclamando la tierra usurpada por el enemigo.

Aplicación profética:

Aunque ahora “no tocó la tierra” en su Segunda Venida (1 Tes. 4:16-17), llegará el día cuando el trono del universo se establecerá aquí, en medio de lo que fue campo de batalla. ¡La Nueva Jerusalén descenderá, y la victoria será completa! (Ap. 21:2).


🔹 III. El Fin del Pecado (Salmo 75)

“Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los impíos de la tierra” (v. 8)

El “cáliz de la ira de Dios”, lleno de mezcla amarga, se asocia claramente al mensaje del tercer ángel (Ap. 14:9-10). Los impíos, dominados por su orgullo y arrogancia, recibirán la retribución final en el juicio del trono blanco (Ap. 20:11-15).

Aplicación profética:

Dios se levantará para juzgar (v. 2), para quebrantar a los soberbios y exaltar a los humildes (v. 10; cf. Sant. 4:10). Los reinos de este mundo, sus estructuras corruptas y sus orgullosos dirigentes serán quebrados por la mano del Omnipotente.


🔹 IV. Nuestra Tarea Hoy (Salmo 67)

“Para que sea conocido en la tierra tu camino, en todas las naciones tu salvación” (v. 2)

Este salmo es un llamado a la misión. La gloria de Dios no debe ocultarse bajo el velo del temor o la indiferencia. Su luz resplandece sobre nosotros para que brillemos en medio de las tinieblas. ¡Debemos llevar al mundo el conocimiento del carácter divino!

Aplicación práctica:

Así como el rostro de Dios brilla sobre su pueblo (Sal. 67:1; Núm. 6:25), así también el mundo debe ver esa luz. No podemos permanecer indiferentes. Este es el tiempo del fuerte pregón, del último llamado.

“Compañeros de peregrinación… pronto aparecerá nuestro Salvador… y se abrirán de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en Él…” (Profetas y reyes, p. 540)


🔹 Conclusión: Del Salmo a la Segunda Venida

Desde el clamor en medio de la angustia hasta el canto de alabanza en la consumación del Reino, los Salmos describen la senda de los redimidos. Cada versículo se convierte en una antorcha que ilumina nuestro peregrinaje profético.

¡Levantémonos entonces con fe y determinación!

La angustia viene… pero también la victoria. El pecado será destruido… pero también será exaltada la verdad. Y la luz de Su rostro brillará sobre nosotros, mientras proclamamos al mundo que “el Señor reina” (Sal. 96:10).