Existen muchas contradicciones en quienes niegan la vigencia de la ley de Dios; por un lado, pregonan que la ley fue abolida en la cruz porque obtenía su finalización en Cristo. Y por otro lado sostienen que es incorrecto cometer pecado a la luz de los mismos mandamientos sinaíticos. Rechazan la vigencia de la Ley de los 10 mandamientos, pero aceptan que Cristo es el Ángel de YHWH del antiguo testamento y en ese caso fue Cristo quien escribió las tablas de la ley de Dios.
Esa idea está respaldada por las Escrituras y la comprensión
cristiana de la preexistencia de Cristo. Jesús, en su naturaleza divina como el
Hijo eterno de Dios, fue parte activa en la creación y en la historia de la
humanidad desde el principio. Aunque la Biblia no menciona explícitamente que
Jesús escribió las tablas de los Diez Mandamientos, hay razones teológicas que
permiten sostener que Él estuvo directamente involucrado en ese acto.
Jesús como el Dios del Sinaí
1. Cristo es el Verbo eterno (Logos):
En Juan 1:1-3 se declara que el Verbo (Jesús) estuvo presente
en el principio con Dios y que por medio de Él todas las cosas fueron creadas.
Esto incluye la Ley y su manifestación en el monte Sinaí.
2. Jesús afirma Su eternidad:
En Juan 8:58, Jesús dice: “De cierto, de cierto os digo:
Antes que Abraham fuese, yo soy.” Aquí, Jesús usa el nombre divino “Yo Soy”
(Éxodo 3:14), identificándose como el mismo Dios que habló a Moisés desde la
zarza ardiente.
3. Dios escribió los mandamientos:
En Éxodo 31:18 se dice que las tablas fueron escritas con el
“dedo de Dios”. Si entendemos que Jesús es Dios en su plenitud, sería lógico
considerar que Él fue quien escribió los Diez Mandamientos en su preexistencia
divina.
4. Cristo es la Ley viva:
Jesús no solo dio la Ley, sino que la cumplió plenamente en
su vida terrenal (Mateo 5:17). Como el Verbo encarnado, Él es la expresión de
la voluntad y el carácter de Dios, y los Diez Mandamientos reflejan esos
principios divinos.
El Rol de Cristo en el Antiguo Testamento
En varias ocasiones, Cristo aparece de manera preencarnada en
el Antiguo Testamento como el “Ángel de Jehová”, quien actúa con autoridad
divina. Por ejemplo:
• En el Éxodo: Se dice que fue el Ángel de Jehová quien guió
a Israel por el desierto (Éxodo 23:20-21), y el apóstol Pablo identifica a
Cristo como la roca espiritual que los acompañaba (1 Corintios 10:4).
• En el Sinaí: Dios descendió en fuego y habló a Israel, pero
Jesús afirma en el Nuevo Testamento que nadie ha visto jamás al Padre, sino que
el Hijo lo ha dado a conocer (Juan 1:18). Esto sugiere que las manifestaciones
visibles de Dios en el Antiguo Testamento fueron en realidad de Cristo.
LOS 10 MANDAMIENTOS DEL SINAÍ Y LOS DOS GRANDES MANDAMIENTOS
DE CRISTO
Los dos grandes mandamientos que Cristo menciona en Mateo
22:37-40 resumen perfectamente los Diez Mandamientos dados en el Sinaí. Él
dice:
1. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma y con toda tu mente” (Mateo 22:37) — Esto encapsula los primeros cuatro
mandamientos, que tienen que ver con nuestra relación y amor hacia Dios:
• No tendrás dioses ajenos delante de mí.
• No te harás imagen ni ninguna semejanza.
• No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano.
• Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
2. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:39) — Esto
sintetiza los últimos seis mandamientos, que se centran en nuestra relación con
los demás:
• Honra a tu padre y a tu madre.
• No matarás.
• No cometerás adulterio.
• No hurtarás.
• No darás falso testimonio.
• No codiciarás.
Jesús no anuló los mandamientos, sino que mostró que todos
ellos están fundamentados en el amor. Como dijo en el versículo 40: “De estos
dos mandamientos depende toda la Ley y los Profetas”. Es decir, amar a Dios y
al prójimo es el principio central sobre el cual se edifican todos los demás
mandamientos.
Conclusión
En su preexistencia, Jesús fue el Dios que se reveló en el
Sinaí y entregó los Diez Mandamientos a Moisés. Esto subraya que Él no solo es
nuestro Salvador, sino también nuestro Legislador divino. Los Diez
Mandamientos, por lo tanto, reflejan Su carácter eterno de amor y justicia, y
encuentran su cumplimiento perfecto en Él.
¿Entonces qué podemos responder cuando alguien dice que la
ley de los 10 mandamientos quedó abolida con la venida y muerte de Cristo?
Sencillamente Cristo no es hombre para mienta ni hijo de hombre para que se
arrepienta.
Cristo es Dios y es quien promulgó la ley de los 10
mandamientos y El no se contradice.
José M Suazo -MDiv
Escritor y profesor de teología