ENTENDIENDO EL SACRIFICIO

Entendiendo el Sacrificio 

Por Jose M Suazo
Teólogo y escritor

Bosquejo para el repaso de la Lección de Escuela Sabática

A          El significado de los sacrificios:

    •    Sacrificios gratos e ingratos.

     Dios instituyó el sacrificio animal como una forma de adoración. Sin embargo, llegó a decir que estaba “hastiado” de esos sacrificios (Is. 1:11). Pero, poco después, dirá “sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar” (Is. 56:7). ¿Lo sacrificios eran gratos a Dios, o le desagradaban?

     Con el ejemplo de Caín y Abel podemos responder a esta pregunta. El sacrificio de Abel le fue grato, el de Caín ingrato (Gn. 4:3-5).

     El problema no estaba solo en el tipo de sacrificio. La actitud con la que se ofrecía determinaba la calidad de la ofrenda.

     Caín, como los israelitas del tiempo de Isaías, no deseaba poner su vida en armonía con Dios, ni veía en su sacrificio un significado salvífico. Abel, por el contrario, se reconocía pecador y reconocía al cordero como su sustituto.

    •     Los sacrificios del Santuario.

     El castigo del pecado es la muerte (Ro. 6:23a). Pero ¿es la muerte de un animal el castigo de mi pecado? ¡No! El castigo de MI pecado es MI muerte.

     Entonces ¿por qué sacrificar animales que no pueden quitar nuestro pecado (Heb. 10:3-4)?

     Estos animales eran símbolos (tipos) de la muerte redentora de Jesús (antitipo). Hasta que Jesús muriera cruel e injustamente por los pecados del mundo, cada animal sacrificado simbolizaba esa muerte sustitutoria. Jesús murió en MI lugar como castigo de MI pecado.

     Hasta la cruz, estos sacrificios fueron necesarios como “miniprofecías”. Los pecados eran perdonados por fe en el Cordero de Dios que iba a morir.

     Al rasgarse el velo tras la muerte de Jesús, esos sacrificios dejaron de tener sentido. Ahora, nuestros pecados son perdonados por fe en el Cordero de Dios que murió por ellos.

  •     El cordero pascual.

     En la primera pascua, las puertas eran pintadas con la sangre sacrificada del cordero, y el ángel exterminador pasaba de largo. Los primogénitos que estuviesen en esa casa salvaban sus vidas.

     Esa sangre simbolizaba la sangre de Jesús (1P. 1:18-19). El ritual de la pascua celebrado cada año era, pues, un símbolo de la muerte de Jesús (1Co. 5:7b).

     Jesús fue el único ser humano cuya vida resultó aceptable a los ojos de un Dios santo. Murió sin pecado para que la muerte pase de largo cuando yo limpio mi vida con su sangre (Ap. 7:14).

B          Jesús, el Cordero de Dios:

    •            El Cordero en el Templo.

     Durante la dedicación del primer Templo, cuando el arca fue introducida en él, la gloria de Dios llenó el Templo (1R. 8:5-10).

     Tras el retorno del éxodo babilónico, se construyó un segundo templo. Pero en él no había arca, ninguna gloria llenó el Templo en su dedicación. Muchos lamentaron este hecho (Hag. 2:3).

     Pero Dios prometió que su gloria llenaría ese Templo, y lo haría a través de una persona: el Deseado (Hag. 2:7). ¿Quién era ese “Deseado”?

     Jesús fue llamado “Dios con nosotros” (Mt. 1:21-23). Al caminar, enseñar y curar en el Templo, la gloria de la presencia misma de Dios llenó el Templo. Cada acto realizado en él dependía de esa gloria. El Creador mismo estuvo dispuesto a vivir entre nosotros… y a morir por nosotros.

    •            El Cordero en el Cielo.

     Tres profetas –Ezequiel, Isaías y Juan– pudieron contemplar en visión el trono de Dios. Mientras que Ezequiel fue un simple observador, Isaías y Juan interactuaron en la escena:

(1)     Contemplaron ángeles que alababan: “Santo, santo, santo” (Is. 6:1-3; Ap. 4:8)

(2)     Isaías se sintió indigno; y Juan lloraba por no haber nadie digno (Is. 6:5; Ap. 5:4)

(3)     A Isaías se le quitó su pecado; y Juan contempló al Cordero inmolado por su pecado (Is. 6:6-7; Ap. 5:6)

     Nuestra indignidad realza la dignidad del Cordero. Al ser inmolado, Jesús demostró dos cosas:

(1)     Que Dios nos ama al punto de sacrificarse por nosotros.

(2)     Que nuestra condición como pecadores es tan grave y desesperada que solo mediante la Cruz podemos ser salvados.


Nota: Agradecimiento al ministerio de www.fustero.es por permitirme usar su material de apoyo.