¿Existe el libre albedrío o todo está predestinado?

Introducción - El Libre Albedrío en la Biblia

El tema del libre albedrío ha sido ampliamente debatido dentro del cristianismo. Muchas denominaciones sostienen que el ser humano tiene la capacidad de tomar decisiones autónomas, mientras que otras enfatizan la soberanía absoluta de Dios en la salvación y el destino de cada persona. En esta sección, exploraremos algunos pasajes bíblicos clave que respaldan la noción del libre albedrío.

1. La capacidad de elegir

Desde el Antiguo Testamento, la Biblia presenta al ser humano como un agente capaz de tomar decisiones. Dios ofrece opciones y llama a la responsabilidad personal:

  • Deuteronomio 30:19"A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia."
Este pasaje muestra claramente que Dios da a las personas la opción de obedecer o desobedecer.

  • Josué 24:15"Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis... pero yo y mi casa serviremos a Jehová."
Josué resalta la importancia de una decisión consciente de seguir a Dios.

  • Apocalipsis 3:20"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo."
Jesús invita a cada persona a responder a su llamado, lo que implica una decisión voluntaria.

2. La responsabilidad humana

Si el ser humano tiene libre albedrío, también es responsable de sus actos. La Biblia enfatiza esta idea en varios textos:

  • Ezequiel 18:30"Por tanto, yo os juzgaré a cada uno conforme a sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos y apartaos de todas vuestras transgresiones."
Dios juzga a cada persona por sus propias decisiones, lo que sugiere que tienen la capacidad de elegir el bien o el mal.

Mateo 23:37 – "¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!"

Aquí Jesús expresa su deseo de salvar a Jerusalén, pero la ciudad rechazó su llamado.

3. El equilibrio entre la voluntad humana y la gracia divina

Aunque la Biblia muestra que las personas pueden elegir, también enseña que Dios obra en los corazones para llevarlos a la salvación:

Filipenses 2:13 – "Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

Dios influye en las decisiones humanas, pero no las anula completamente.

En definitiva, muchos textos bíblicos respaldan la idea de que los seres humanos poseen libre albedrío y son responsables de sus elecciones. Sin embargo, este concepto debe ser analizado en armonía con otros pasajes que hablan de la soberanía de Dios, lo que nos lleva a la siguiente parte de nuestro estudio: la predestinación en la Biblia.

Desarrollo: Una perspectiva Bíblica sobre el Libre Albedrío

La cuestión del libre albedrío frente a la predestinación es un tema teológico y filosófico complejo y de larga data, que ha sido objeto de debate y reflexión profunda a lo largo de la historia del pensamiento cristiano, incluyendo la perspectiva Bíblica. Dentro de esta perspectiva, se busca un equilibrio cuidadoso entre la soberanía divina y la responsabilidad humana.

Predestinación desde una Perspectiva Bíblica:

Es importante aclarar que la biblia rechaza la doctrina de la predestinación absoluta, tal como es entendida en algunas posiciones cristianas. La idea de que Dios ha predeterminado de antemano quién se salvará y quién se perderá, independientemente de sus elecciones y acciones, no es coherente con la comprensión de la perspectiva Bíblica de la justicia y el amor de Dios.

En lugar de una predestinación absoluta, la biblia nos enseña el estar en la presciencia de Dios. Esto significa que Dios, en su omnisciencia, conoce de antemano todas las cosas, incluyendo las decisiones que cada individuo tomará a lo largo de su vida. Sin embargo, este conocimiento previo no implica que Dios esté determinando o causando esas decisiones.

Libre Albedrío: La Elección Humana

El libre albedrío, o la capacidad de elegir entre diferentes opciones, es un principio fundamental en la Biblia. Se cree que Dios creó a los seres humanos con la capacidad de amar y obedecerle libremente, y que esta libertad es esencial para una relación auténtica con Él.

La Biblia, está llena de ejemplos que ilustran la realidad del libre albedrío. Adán y Eva eligieron desobedecer a Dios en el Edén, y a lo largo de la historia bíblica, vemos personas que eligen seguir a Dios y otras que eligen rechazarlo. Las exhortaciones a elegir el bien sobre el mal, a obedecer los mandamientos de Dios y a aceptar la salvación por medio de Jesucristo presuponen la existencia del libre albedrío.

La Soberanía de Dios y la Libertad Humana: Un Equilibrio

La tensión aparente entre la soberanía de Dios y el libre albedrío se resuelve, comprendiendo que Dios actúa dentro del marco de la libertad humana que Él mismo ha creado. Dios invita, persuade y guía, pero no fuerza. Él ofrece la salvación como un regalo gratuito, pero cada individuo debe elegir aceptarlo o rechazarlo.

La soberanía de Dios se manifiesta en su capacidad para obrar a través de las decisiones libres de los seres humanos, incluso cuando estas decisiones son contrarias a su voluntad. Dios puede utilizar incluso el mal para lograr sus propósitos últimos, aunque no sea el autor del mal.

Implicaciones para la Vida Cristiana:

La creencia en el libre albedrío tiene implicaciones importantes para la vida cristiana:

  • Responsabilidad: Somos responsables de nuestras elecciones y acciones. No podemos culpar a Dios por nuestras malas decisiones.
  • Evangelización: La evangelización y el llamado al arrepentimiento tienen sentido solo si las personas tienen la capacidad de elegir responder al llamado de Dios.
  • Crecimiento Espiritual: El crecimiento espiritual es un proceso continuo de elegir seguir a Cristo y obedecer su voluntad.
  • Oración: La oración es una expresión de nuestra dependencia de Dios, pero también una forma de ejercer nuestro libre albedrío al buscar su guía y dirección.

En resumen, la Biblia sostiene que los seres humanos poseemos libre albedrío, la capacidad de elegir entre diferentes opciones. Esta libertad es un don de Dios y una condición necesaria para una relación auténtica con Él. Aunque Dios conoce de antemano todas las cosas, incluyendo nuestras decisiones, Él no determina ni causa esas decisiones. La soberanía de Dios y la libertad humana coexisten en un equilibrio que nos permite ser responsables de nuestras elecciones y participar activamente en nuestra propia salvación.

Es importante seguir estudiando este tema a la luz de la Biblia y la guía del Espíritu Santo para comprender más profundamente la relación entre la soberanía de Dios y la libertad humana.

Contexto Histórico de la doctrina antibíblica de la predestinación

Para comprender el contexto histórico de la doctrina de la predestinación, es fundamental rastrear su desarrollo a través de diferentes períodos de la historia del cristianismo, identificando las figuras clave, los debates y las influencias culturales que moldearon esta compleja doctrina.

Orígenes en el Pensamiento Paulino y Agustiniano:

Las raíces de la doctrina de la predestinación se encuentran en las cartas del apóstol Pablo en el Nuevo Testamento, particularmente en Romanos 8:29-30 y Efesios 1:4-5. En estos pasajes, Pablo habla de la elección de Dios antes de la fundación del mundo y de su predestinación para salvación. Sin embargo, la interpretación de estos pasajes ha sido objeto de debate a lo largo de la historia.

San Agustín de Hipona (354-430 d.C.) es considerado una figura clave en el desarrollo de la doctrina de la predestinación. En sus obras, especialmente "Sobre la Predestinación de los Santos" y "Sobre la Gracia y el Libre Albedrío," Agustín argumentó que, debido al pecado original, la humanidad está inherentemente incapacitada para elegir a Dios por sí misma. Por lo tanto, la salvación es enteramente un acto de la gracia divina, y Dios elige incondicionalmente a algunos para salvación, mientras que otros son dejados en su estado de pecado. La doctrina de Agustín fue una respuesta a la herejía pelagiana, que negaba la necesidad de la gracia divina para la salvación.

Debates Medievales:

Durante la Edad Media, la doctrina de la predestinación fue objeto de debate y matización. Algunos teólogos, como Godescalco de Orbais en el siglo IX, defendieron una visión de doble predestinación, según la cual Dios predestina activamente a algunos para salvación y a otros para condenación. Esta visión fue controvertida y condenada por algunos concilios eclesiásticos.

Otros teólogos, como Tomás de Aquino (1225-1274), intentaron conciliar la predestinación con el libre albedrío. Aquino argumentó que Dios conoce de antemano las decisiones que cada individuo tomará libremente, y que su predestinación se basa en este conocimiento previo (predestinación ante praevisa merita). Sin embargo, esta visión no fue universalmente aceptada.

La Reforma Protestante:

La Reforma Protestante del siglo XVI trajo consigo un renovado interés en la doctrina de la predestinación. Martín Lutero (1483-1546), aunque inicialmente compartió algunas ideas con Agustín sobre la gracia y la predestinación, se centró más en la justificación por la fe y no desarrolló una doctrina sistemática de la predestinación.

Juan Calvino (1509-1564) es la figura más asociada con la doctrina de la predestinación en la Reforma. En su obra "Institución de la Religión Cristiana," Calvino defendió una visión de doble predestinación, argumentando que Dios elige incondicionalmente a algunos para salvación (elección incondicional) y a otros los pasa por alto, permitiéndoles seguir su propio camino hacia la condenación (reprobación). Calvino enfatizó la soberanía absoluta de Dios y la total depravación del hombre como base para su doctrina de la predestinación. Los cinco puntos del calvinismo (TULIP) resumen las principales doctrinas calvinistas, incluyendo la depravación total, la elección incondicional, la expiación limitada, la gracia irresistible y la perseverancia de los santos.

Controversias Post-Reforma:

Después de la Reforma, la doctrina de la predestinación continuó siendo objeto de controversia y debate. En los Países Bajos, Jacobo Arminio (1559-1609) criticó la doctrina calvinista de la predestinación incondicional y defendió una visión según la cual la elección de Dios se basa en su presciencia de quién creerá en Cristo (arminianismo). Las ideas de Arminio fueron condenadas por el Sínodo de Dort en 1618-1619, que reafirmó los cinco puntos del calvinismo.

Sin embargo, el arminianismo influyó en el desarrollo de otras denominaciones protestantes, como el metodismo, fundado por John Wesley (1703-1791). Wesley rechazó la doctrina de la predestinación incondicional y enfatizó la libertad del hombre para aceptar o rechazar la gracia de Dios.

Influencia Cultural y Política:

La doctrina de la predestinación ha tenido una influencia significativa en la cultura y la política. En algunas sociedades calvinistas, la creencia en la predestinación ha fomentado una ética de trabajo diligente y una búsqueda de la excelencia, ya que se creía que el éxito en la vida terrenal podía ser una señal de la elección divina. Sin embargo, también ha sido criticada por su potencial para generar ansiedad y desesperación, así como por su posible justificación de la desigualdad social.

La doctrina de la predestinación tiene una larga y compleja historia, que se remonta a los escritos de Pablo y Agustín. La Reforma Protestante, particularmente a través de la obra de Calvino, dio un nuevo impulso a esta doctrina, que ha sido objeto de debate y controversia a lo largo de los siglos. La cuestión de la predestinación sigue siendo un tema importante en la teología cristiana contemporánea, con diferentes denominaciones y teólogos ofreciendo diversas perspectivas sobre la relación entre la soberanía divina y la libertad humana.


La comprensión de la predestinación en la Iglesia adventista:

La comprensión de la predestinación en el adventismo se distingue por un énfasis en el libre albedrío, la responsabilidad humana y el amor universal de Dios, evitando las interpretaciones deterministas que caracterizan algunas otras tradiciones cristianas. La doctrina adventista busca un equilibrio entre la soberanía divina y la agencia humana, asegurando que Dios es supremo en su poder y conocimiento, pero que también nos ha dado la libertad de elegir nuestro destino eterno.

Puntos Clave de la Doctrina Adventista sobre la Predestinación:

  • Presciencia Divina, No Predeterminación: Los adventistas creen firmemente en la presciencia de Dios, su conocimiento perfecto de todas las cosas pasadas, presentes y futuras (Isaías 46:9-10). Dios sabe de antemano quién aceptará o rechazará la salvación ofrecida a través de Jesucristo. Sin embargo, este conocimiento previo no implica que Dios determine o cause esas decisiones. La presciencia de Dios es un reconocimiento de la realidad futura, no una imposición sobre ella.
  • Libre Albedrío como Don Divino: La doctrina adventista subraya el libre albedrío como un don fundamental de Dios a la humanidad (Deuteronomio 30:19). Los seres humanos tienen la capacidad inherente de elegir entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte. Esta libertad de elección es esencial para una relación genuina de amor con Dios. El amor verdadero no puede ser forzado; debe ser dado libremente.
  • Elección Condicional: La elección de Dios no es arbitraria ni incondicional, como se plantea en algunas versiones del calvinismo. En cambio, la elección de Dios se basa en su presciencia y en la respuesta que cada individuo da a su llamado. Dios elige a aquellos que, por su gracia, eligen seguir a Cristo y vivir según sus mandamientos (Juan 3:16; Apocalipsis 22:17). La salvación es ofrecida a todos, y la elección depende de la aceptación individual de esa oferta.
  • Énfasis en la Responsabilidad Humana: Dado que los seres humanos tienen libre albedrío, son responsables de sus decisiones y acciones (Mateo 16:27; Apocalipsis 20:12). No podemos culpar a Dios por nuestras malas decisiones ni atribuirle la responsabilidad de nuestra condenación. Dios nos ofrece abundantemente la gracia y la oportunidad de salvación, pero la decisión final de aceptarla o rechazarla recae sobre cada individuo.
  • Amor Universal de Dios: La Biblia recalca el amor universal de Dios por toda la humanidad (Juan 3:16; 1 Timoteo 2:4; 2 Pedro 3:9). Dios no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento. Él ha hecho todo lo posible para proveer la salvación para todos, a través del sacrificio de Jesucristo. La limitación de la expiación, una doctrina calvinista, sencillamente no es bíblica.
  • La Gracia Preveniente: En la biblia se reconoce el concepto de gracia preveniente, que es la influencia del Espíritu Santo que obra en el corazón de cada persona, capacitándola para responder a Dios. Esta gracia es universal y precede a cualquier decisión consciente de seguir a Cristo. Es la gracia preveniente la que permite a las personas entender la verdad, sentir convicción de pecado y buscar a Dios.
  • La Importancia de las Obras: Si bien los adventistas creen firmemente en la salvación por la fe en Jesucristo y no por las obras de la ley (Efesios 2:8-9), reconocen que las buenas obras son una evidencia de la fe genuina y una respuesta agradecida a la gracia de Dios (Santiago 2:14-26). Las obras no nos salvan, pero son una demostración de que hemos sido transformados por el poder del Espíritu Santo.

Cómo Evitar Malentendidos:

Para evitar una comprensión errónea de la predestinación desde una perspectiva adventista, es esencial:

  • Estudiar la Biblia en su Totalidad: Evitar sacar versículos de su contexto y considerar la totalidad del consejo de Dios revelado en las Escrituras.
  • Enfatizar el Carácter de Dios: Recordar que Dios es amoroso, justo y misericordioso, y que sus acciones siempre están en armonía con estos atributos.
  • Reconocer el Libre Albedrío: Afirmar la realidad y la importancia del libre albedrío como un regalo de Dios.
  • Enfatizar la Evangelización: Participar activamente en la evangelización, sabiendo que Dios llama a todos a la salvación y que cada persona tiene la capacidad de responder a ese llamado.

Conclusión:

En resumen, la comprensión adventista de la predestinación se caracteriza por un equilibrio entre la soberanía divina y la responsabilidad humana. Dios conoce de antemano quién responderá a su llamado, pero no predetermina el destino de nadie. Los seres humanos son libres de elegir, y son responsables de sus decisiones. Dios ama a todos y desea que todos sean salvos. Al comprender estos principios, los adventistas pueden mantener una visión bíblica y equilibrada de la predestinación, que exalte a Dios y aliente a la evangelización.

En conclusión, Dios no sesga la decisión de una persona, Dios le da el libre albedrio para que la persona por si misma pueda elegir por Dios o contra Dios y de esa manera el mismo ser humano predestina su futuro, para vida eterna o para condenación eterna.

Que El Señor les bendiga en gran manera!




Jose M. Suazo MDiv 
Teólogo y Escritor