10 Pilares Bíblicos para Reconstruir un Matrimonio al Borde del Abismo

El matrimonio, instituido por Dios en el Edén, es una unión sagrada, un reflejo del amor incondicional de Cristo por su iglesia (Efesios 5:25). Sin embargo, en este mundo caído, incluso las uniones más prometedoras pueden verse asediadas por conflictos, desilusiones y, en casos extremos, la amenaza del divorcio. La Biblia, lejos de ser un libro obsoleto, ofrece principios atemporales para sanar las heridas, restaurar la confianza y reconstruir un matrimonio en crisis.

Este artículo explorará 10 pilares bíblicos que pueden servir como guía para aquellas parejas que se encuentran al borde del divorcio. No se trata de soluciones mágicas, sino de un camino arduo que requiere humildad, arrepentimiento y la firme decisión de buscar la voluntad de Dios en cada paso.

1. Humillación y Oración Conjunta (2 Crónicas 7:14):

El orgullo es un veneno que corroe las relaciones. Admitir la propia vulnerabilidad y la necesidad de ayuda divina es el primer paso hacia la sanidad. 2 Crónicas 7:14 nos recuerda: 
"si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."
Acción: Aparten un tiempo diario para orar juntos, pidiendo a Dios que les revele sus propias faltas y les guíe en el proceso de restauración. Reconozcan sus errores individualmente y pidan perdón mutuamente.

2. Arrepentimiento Genuino y Confesión (Santiago 5:16):

El arrepentimiento no es simplemente lamentar las consecuencias de nuestros actos, sino un cambio profundo de mentalidad y de actitud. La confesión honesta, aunque dolorosa, es esencial para limpiar la atmósfera de resentimiento y construir una base de transparencia. Santiago 5:16 nos exhorta: 
"Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho."
Acción: Escriban una lista de sus errores y ofensas hacia su cónyuge. Compartan estas listas con honestidad y humildad, asumiendo la responsabilidad de sus acciones sin justificaciones ni acusaciones.

3. Perdón Incondicional (Efesios 4:32):

El perdón es un acto de voluntad, una decisión de liberar a la otra persona (y a nosotros mismos) del peso del resentimiento. Efesios 4:32 nos dice: 
"Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios os perdonó a vosotros en Cristo." 
El perdón no justifica la ofensa, pero abre el camino a la reconciliación.

Acción: Decidan perdonar a su cónyuge por cada ofensa, incluso si el sentimiento de dolor persiste. Recuerden que Dios nos perdona incondicionalmente, y nosotros debemos extender esa misma gracia a los demás.

4. Comunicación Honesta y Respetuosa (Efesios 4:29):

La comunicación efectiva es la columna vertebral de cualquier relación saludable. Eviten los gritos, las acusaciones y el lenguaje hiriente. Efesios 4:29 nos aconseja: 
"Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes."
Acción: Practiquen la "escucha activa", prestando atención a las palabras y los sentimientos de su cónyuge sin interrumpir ni juzgar. Utilicen frases en primera persona ("Yo me siento...") para expresar sus emociones y necesidades de manera clara y respetuosa.

5. Priorizar el Tiempo de Calidad Juntos (Eclesiastés 4:9-12):

En medio de la rutina y las responsabilidades, es fácil descuidar el tiempo que dedicamos a nuestra pareja. Eclesiastés 4:9-12 nos recuerda la importancia de la compañía: 
"Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no tendrá segundo que lo levante."
Acción: Programen citas regulares, aunque sean breves, para conectar emocionalmente. Realicen actividades que disfruten juntos, como caminar, cenar o simplemente conversar. Desconéctense de la tecnología durante este tiempo para enfocarse el uno en el otro.

6. Restaurar la Intimidad Física (1 Corintios 7:3-5):

La intimidad física es una parte importante del matrimonio. Cuando hay problemas, esta área puede verse afectada, generando aún más distancia. 1 Corintios 7:3-5 nos dice: 
"El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido. La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco el marido tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia."
Acción: Hablen abiertamente sobre sus necesidades y deseos en el área de la intimidad. Reconstruyan la conexión física gradualmente, comenzando con abrazos, caricias y besos. Busquen ayuda profesional si hay problemas subyacentes que impiden una intimidad saludable.

7. Buscar Consejería Matrimonial (Proverbios 15:22):

A veces, las heridas son tan profundas que se necesita la ayuda de un consejero matrimonial capacitado para guiar el proceso de sanidad. Proverbios 15:22 nos dice: 
"Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; mas en los consejos se afirman." 
Un consejero puede ofrecer una perspectiva objetiva, herramientas de comunicación y estrategias para resolver conflictos.

Acción: Busquen un consejero matrimonial cristiano con experiencia en ayudar a parejas en crisis. Estén dispuestos a ser honestos y vulnerables en las sesiones de terapia.

8. Establecer Límites Saludables (Mateo 18:15-17):

En algunos casos, es necesario establecer límites claros para protegerse de comportamientos dañinos. Mateo 18:15-17 describe un proceso para tratar el pecado en la iglesia, que puede adaptarse al contexto matrimonial. Si hay abuso físico, emocional o financiero, es fundamental buscar ayuda profesional y protegerse a sí mismo y a los hijos.

Acción: Identifiquen los comportamientos que son inaceptables en la relación. Comuniquen estos límites a su cónyuge de manera clara y firme. Busquen apoyo de amigos, familiares o profesionales si su cónyuge no respeta los límites.

9. Enfocarse en las Fortalezas y Recordar los Buenos Tiempos (Filipenses 4:8):

Es fácil centrarse en los problemas y olvidar las cualidades positivas de nuestro cónyuge y los momentos felices que hemos compartido. Filipenses 4:8 nos anima: 
"Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad."
Acción: Hagan una lista de las cualidades que aman de su cónyuge. Rememoren juntos los momentos felices que han compartido. Busquen oportunidades para elogiar y animar a su pareja.

10. Depender Totalmente de Dios (Salmo 127:1):

Finalmente, recuerden que la restauración de un matrimonio es una obra que solo Dios puede realizar plenamente. Salmo 127:1 nos dice: 
"Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia." 
Entreguen su matrimonio a Dios, confíen en su sabiduría y poder, y permítanle obrar un milagro en su relación.

Acción: Oren individualmente y en pareja, pidiendo a Dios que les dé fuerzas, sabiduría y paciencia para superar los desafíos. Estudien la Biblia juntos y mediten en los principios que rigen el matrimonio. Busquen el apoyo de una comunidad de fe que les anime y les sostenga en este proceso.

Conclusión:

Reconstruir un matrimonio al borde del divorcio es un camino difícil, pero no imposible. Al aplicar estos 10 pilares bíblicos, con humildad, arrepentimiento y la guía del Espíritu Santo, las parejas pueden encontrar la sanidad, la reconciliación y un amor más profundo y duradero. Recuerden que Dios es el Dios de las segundas oportunidades, y él está dispuesto a obrar un milagro en su matrimonio si ustedes se lo permiten.


Jose M Suazo - MDiv

Escritor y Profesor de Teología