Profecías Mesiánicas en el Antiguo Testamento: Tipos y Antitipos.

Introducción al Concepto de Profecía Mesiánica

La Biblia contiene numerosas profecías en el Antiguo Testamento que anticipan la llegada del Mesías, un Salvador prometido para redimir a la humanidad. En hebreo, el término Mashiach (מָשִׁיחַ), que significa “Ungido”, es traducido al griego como Christos (Χριστός). La palabra indica alguien que ha sido consagrado para una misión especial, como reyes, profetas o sacerdotes. En el contexto mesiánico, se refiere a aquel ungido por Dios para cumplir la salvación prometida.

Las profecías mesiánicas apuntan a Cristo de manera directa o a través de figuras o tipos que prefiguran aspectos de su ministerio. Estas anticipaciones no solo demuestran la continuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, sino también la centralidad de Cristo en el plan de Dios desde la creación.
Tipos y Antitipos: Figuras de Cristo en el Antiguo Testamento
En la teología bíblica, los “tipos” son eventos, personas o símbolos que representan a Cristo de manera anticipada. Estos se denominan tipos o sombras, y su cumplimiento pleno, o “antitipo”, se encuentra en Cristo en el Nuevo Testamento. Ejemplos destacados de tipos incluyen:
1. Adán y Cristo
• Tipo (Adán): Adán fue el primer hombre, y a través de él entró el pecado al mundo, afectando a toda la humanidad (Génesis 3). En Romanos 5:12-14, Pablo lo llama “una figura” de Cristo.
• Antitipo (Cristo): Jesús es el “segundo Adán” (1 Corintios 15:45), quien trae la vida eterna a través de su obediencia perfecta y su sacrificio. Mientras que Adán introduce la muerte, Cristo introduce la vida y la reconciliación.
2. Melquisedec y Cristo
• Tipo (Melquisedec): Melquisedec es un misterioso sacerdote y rey de Salem, mencionado en Génesis 14, quien bendice a Abraham y recibe de él diezmos. Su nombre significa “rey de justicia” y es también “rey de paz”.
• Antitipo (Cristo): Hebreos 7 explica que Jesús es un sacerdote eterno “según el orden de Melquisedec”, no según el orden levítico, representando un sacerdocio eterno y superior, y un rey de justicia y paz (Hebreos 7:17).
3. El Cordero Pascual y Cristo
• Tipo (Cordero Pascual): Durante la primera Pascua, los israelitas debían sacrificar un cordero sin defecto y aplicar su sangre en los marcos de sus puertas para que el ángel de la muerte “pasara por alto” sus hogares (Éxodo 12).
• Antitipo (Cristo): Jesús es llamado “el Cordero de Dios” (Juan 1:29) y el “Cordero sin mancha” (1 Pedro 1:19). Su sangre derramada en la cruz cumple el papel del sacrificio, liberando a los creyentes de la muerte eterna y del pecado.
4. El Maná y Cristo
• Tipo (Maná): Dios provee maná en el desierto para sustentar al pueblo de Israel durante su travesía hacia la Tierra Prometida (Éxodo 16).
• Antitipo (Cristo): Jesús declara ser el “pan de vida” en Juan 6:35, explicando que Él es el verdadero alimento espiritual que sustenta eternamente a sus seguidores.
5. La Serpiente de Bronce y Cristo
• Tipo (Serpiente de Bronce): En Números 21, cuando Israel se rebela y es castigado con serpientes venenosas, Dios instruye a Moisés a levantar una serpiente de bronce en un asta. Cualquiera que la mire es sanado.
• Antitipo (Cristo): En Juan 3:14-15, Jesús compara su crucifixión con la serpiente de bronce. Así como la serpiente en el asta ofrecía sanidad física, Jesús en la cruz ofrece sanidad y vida eterna a todos los que creen en Él.
6. Jonás y Cristo
• Tipo (Jonás): Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de un gran pez (Jonás 1:17) antes de ser liberado.
• Antitipo (Cristo): Jesús usa este evento como un símbolo de su propia muerte y resurrección, al estar tres días y tres noches en el sepulcro antes de resucitar (Mateo 12:40).
7. José y Cristo
• Tipo (José): José es vendido por sus hermanos, sufre injustamente y finalmente se convierte en el salvador de su familia y de Egipto. Su vida está llena de sufrimiento, pero también de redención.
• Antitipo (Cristo): Jesús es rechazado y traicionado por su propio pueblo, sufre injustamente y, a través de su sacrificio, salva al mundo. José representa a Cristo en su sufrimiento y en su rol como salvador.
8. El Sacrificio de Isaac y Cristo
• Tipo (Sacrificio de Isaac): En Génesis 22, Abraham está dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac en obediencia a Dios, aunque finalmente Dios provee un carnero para el sacrificio.
• Antitipo (Cristo): Esta historia prefigura el sacrificio de Dios Padre, quien no detiene la muerte de su Hijo, sino que entrega a Jesús como sacrificio perfecto para salvar a la humanidad. Jesús es el “Cordero” provisto para el sacrificio.
9. El Tabernáculo y Cristo
• Tipo (Tabernáculo): El Tabernáculo fue el lugar donde Dios habitaba entre el pueblo de Israel y donde se realizaban sacrificios de expiación.
• Antitipo (Cristo): Jesús es el verdadero tabernáculo, la presencia misma de Dios entre nosotros (Juan 1:14, “Y el Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros”). Además, Jesús es el sacrificio perfecto que cumple todos los aspectos de los sacrificios del Tabernáculo.
10. Moisés y Cristo
• Tipo (Moisés): Moisés es el mediador entre Dios y su pueblo, y guía a Israel fuera de la esclavitud de Egipto. También recibe y enseña la ley de Dios.
• Antitipo (Cristo): Jesús es el mediador de un nuevo pacto, liberando a los creyentes de la esclavitud del pecado y dándoles la enseñanza del Evangelio. Es el profeta prometido que, como Moisés, hablaría en nombre de Dios (Deuteronomio 18:15; Hebreos 3:3-6).
“El sistema de tipos que apuntaba a Cristo y que había sido un vínculo entre Jehová y su pueblo, había de perder todo su significado. La ley ceremonial había sido dada por Cristo. Aun cuando se refería a sacrificios y ofrendas, apuntaba al sacrificio de él mismo. La sangre que corría de las víctimas apuntaba a la sangre del Cordero de Dios. Todo este sistema estaba fundado en la promesa de redención.” (El Deseado de Todas las Gentes, p. 29)
Estos tipos y antitipos son solo algunos ejemplos de cómo el Antiguo Testamento apunta a Cristo. A través de estos, se puede ver la consistencia y profundidad del plan de salvación de Dios, unificando la narrativa de las Escrituras y mostrando que Jesucristo es el cumplimiento de la promesa de redención para toda la humanidad.

Jose M Suazo - MDiv
Escritor y Profesor de Teología